Condenada a ser siempre La Mejor Amiga

Así me siento, condenada a ser siempre la mejor amiga del hombre de mis sueños, y me deprimo de sólo pensarlo.

He conocido al chico con el que siempre soñé(mi alma gemela) hace unos 9 meses. ¿cómo describirlo? es inteligente, gracioso, rockero, guitarrista, y tan cristiano como yo ¿Perfecto? Pues, parece que tiene novia. Ujum, como dice esa cursi canción "Es casi el hombre perfecto, el que soñe por tanto tiempo".
Me temo que si está vez me decepciono, será mi más grande decepción, mucho más grande que Mi Primera Gran desilusión, y me dolerá el doble o quizas el triple.
Como siempre me ocurre, después de conocerlo, estuvo sólo tres meses y se fue casi a fin de año del 2010. Sin esperarmelo, en Marzo del 2011, recibí su grata visita en mi casa, y aunque solo estuvo un par de horas ese día visitandome, sentí mi corazón latir a mil revoluciones por minuto, sentí que mi otra mitad por primera vez se preocuapaba por mí, talvez sea simplemente por amistad, pero aún así me hacía la chica más felíz del planeta en ese momento.
Se despidio de mi, como un buen amigo, como debe ser; pero yo sigo pensando en él, y lo sigo recordando, y me mata la idea de que me vuelva a ocurrir de nuevo enamorarme platonicamente de mi mejor amigo, aquel que jamás en la vida me mirará de la forma que yo deseo que me mire: Como algo más que una amiga, como la mujer de su vida.
Es que lo veo, veo lo hermozo que es por dentro y por fuera, y me doy cuenta que es algo inalcanzable para mi, que no soy lo suficientmente buena para él, ni hermoza, ni mucho menos, la que él quiera para formar una vida jutnos.
Sé que en noviembre de este 2011, estará libre de sus obligaciones, por el momento, y ruego a que Dios haga el milagro de que me visite nuevamente, y poder preguntarle si en verdad tiene novia, si es que yo tengo por lo menos la mínima posibilidad con él y no vivir esperando a alguien que jamás vendrá como me sucedió antes.
De hecho, ahora más que nunca, me siento condenada a ser la mejor amiga del amor de mi vida, y esa es la forma de la que siempre me han visto los chicos, como la chica que les cae bien pero siempre será su mejor amiga, con la que se comprenden a la perfección pero no como para enamorarse.
Me miro en el espejo y veo que no soy fea, pero tampoco soy la más bella como para competir con las hermosas chicas en las que los buenos chicos se suelen enamorar.
Ruego a Dios con todo mi corazón que me de la bendición que la persona quién tanto amo con todas las fuerzas de mi ser, se fije en mí, y que desee compartir su vida conmigo tanto como yo ansio ello.