¿Tu primer trabajo? ¿Alguien que te gusta en la oficina? Estas y muchas preguntas se plantean muchas chicas que por primera vez pisan una oficina plagada de trabajadores de sexo masculino.
Les cuento mi experiencia personal. Tenía 19 años cuando entre por primera en una empresa importante por medio del programa de prácticas. Estaba emocionadísima con la idea de formarme en mi carrera y adquirir mayor experiencia profesional. Llegue y el primer día me presentaron a todos los compañeros del departamento, y como en muchas ocasiones ocurren, la mayor parte del personal eran chicos (aunque ni tan chicos diría yo), más bien hombres hechos y derechos bordeando los treinta y tantos años de edad.
Me sentía intimidada, nerviosa y mi ingenuidad se desbordaba a flor de piel. Los primeros días fueron un poco complicados, aprendiendo a usar el software de la compañía, trámites documentarios, firmas, sellos y demás; aprendía rápido y me sentía dichosa de mi misma por mis habilidades (ya me creía yo). Como era de esperar rápidamente los compañeros no tardaron en hacerme conversaciones, amistad, preguntaban mis planes, y en medio de todos comencé a ganar confianza con un compañero del mismo departamento, su nombre no quiero recordarlo, pero debo decir que se notaba tan amable que poco a poco le fui tomando cariño y sin darme cuenta empezaba a pensar todo el tiempo en el.
¡Ja! ¿Pensaron que iba a ser buen muchacho? Chicas les recomiendo que nunca se dejen llevar por las apariencias, hay una frase muy cierta que dice “Nunca se termina de conocer una persona”. Comenzó a mandarme e-mails juguetones, yo le respondía, incluso salimos, bailamos, y mi ilusión de niña ingenua crecía y crecía. Le conté a mis amigas la respecto y todas estaban emocionadísimas con mi situación, hasta yo me la cría por completo.
Un día me invito a salir tarde, después del trabajo. Me pregunto “¿a dónde prefieres ir?” y le respondí “¿me encantaría que nos tomáramos un café y conversemos?”. Ese día me di cuenta que él tenía otras intenciones conmigo, “debí habérmelo esperado ¡rayos!” dije en mi interior. Tiempo después en reuniones que se organizaban en la oficina, conocí otras chicas, que como yo habían pasado pro el programa de prácticas del mismo departamento de la compañía. Resulta que no solo había hecho eso conmigo, sino que había mantenido relaciones sentimentales (y seguro algo más) con las otras practicantes. Esa era su costumbre, agradecí de nunca haber dado más cabida a él en mi vida, y que bueno que nunca nos relacionamos de verdad. Así que amigas, esto siempre pasa, ¡todo el tiempo! No se dejen engañar por un hombre que las trata como flores en el trabajo, somos flores, pero las relaciones en el trabajo no crecen en cuestión de meses, demoran mucho más para poder crecer. Tampoco digo que el amor en el trabajo no exista, existe sí, he visto parejas de esposos que se conocieron trabajando y aún continúan juntos, pero como digo, son relaciones que por lo general tienen mucho tiempo de conocerse, ser amigos, etc.
Mi consejo es: piénsenlo mucho, tomen las cosas con calma y no se hagan ilusiones. Ya su príncipe les llegara, pero seguro que se hará esperar.
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